¿Cómo afrontar el síndrome del impostor?

Según los estudios de expertos, siete de cada diez personas, ya sea de manera intermitente o puntual han sufrido en sus vidas, el tan mencionado síndrome del impostor, cifras bastante significativas.

Muchos emprendedores lo hemos vivido en carne propia, y muchos incluso a nivel profesional, y es por ello que me ha parecido tan interesante mostrarte una perspectiva diferente.

Ana entonces, ¿es normal tener este síndrome?, la respuesta es un rotundo SI. Ya has visto las estadísticas de los expertos, así que no te sientas como un «perro verde» (no sé si has escuchado ese dicho, «más raro que un perro verde»), no es un mal de pocos, es más normal de lo que muchos piensan, razón por la cual hoy he decidido mostrarte desde mi propia experiencia, el por qué se produce, cuál es la esencia de esto y cómo puedes afrontarlo.

¿Por qué sientes el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor está altamente alineado con ese proceso de «comparación», que hablé en mí artículo anterior. Me refiero al conjunto de creencias, que empezamos a entretejer nosotros mismos en nuestra mente, frente a la expectativa de un resultado que queremos lograr.

Empezamos a comparar nuestros emprendimientos, ideas, proyectos, contenidos, publicaciones de redes sociales e incluso casos de éxito, con otras personas o marcas.

Nunca es Suficiente

Ahora bien, cuando comenzamos este proceso de autocrítica y comparación, caemos en otro de los más grandes errores y auto saboteos que podemos hacernos, y es el pensar que “nunca es suficiente”.

Nunca es suficiente lo que tengo, no es suficiente lo que hago, este trabajo no es suficiente, no me siento suficiente buena como como esposa, no soy suficientemente buena como hija, como profesional, ¿Te suena familiar?.

El “nunca es suficiente”, es sencillamente un mito, uno que podría claramente ser sumado con la emblemática frase “esto es lo que nos toca. Lo cierto es que gran parte de las causas del síndrome del impostor, están asociadas a asumir por ejemplo, que el éxito se debe a factores externos a nosotros mismos, valoramos muy poco lo que hacemos para alcanzar lo que tenemos y enfocamos nuestra atención, no en el logro sino en todo lo que nos falta o no funciona en nuestras vidas.

Lamentablemente hemos crecido con esa mentalidad de escasez, de pensar que siempre falta algo en nuestras vidas.

Piensa en primera instancia, que el éxito no es lo mismo para todos, para algunos el éxito es poder tener una familia, para otros el éxito es lograr conseguir el amor, otros tantos consideran como una vida exitosa el viajar por todo el mundo, tener mucho dinero, pero en definitiva cada uno crea su propio concepto de éxito.

Si hoy ves el éxito como una consecuencia de fortuita de la vida, de la suerte, o algo circunstancial, quizás por la gente que conoces o contactos que tienes, o se debe al país en el cual vives o cualquier otro factor externo a ti, entonces, es allí donde te invito a la reflexión.

Cuando atribuyes tu éxito a factores externos y no reconoces el mismo, como el resultado de tu trabajo constante, la planificación, tu conocimiento, experiencias o habilidades, entonces debes comenzar a evaluar cuál es TU PERCEPCIÓN de la realidad.

La percepción

Cuando te hablo de percepción, me refiero a tu mente creando el pensamiento de carencia, diciéndote que no tienes las capacidades suficientes, repitiendo internamente que no mereces ese resultado o esa vida que para ti se traduce en éxito.

Y quiero contarte que ese proceso desde el cual comienzas a juzgarte tan duramente, y basado en estándares, que además has creado tu misma, se debe a que quizás no te has preguntado: ¿me corresponde este nivel de exigencia para la etapa en la que estoy?

Es posible en este punto, que el problema no sea realmente la meta trazada como objetivo, sino el estándar que te estás exigiendo para llegar a la meta.

Piensa que muchas veces es por el miedo a fracasar, o incluso por la necesidad o premura de obtener el resultado de manera inmediata (¡lo quiero YA!), esto te hace pensar que careces de habilidades, y es desde allí es donde comienza a tomar protagonismo, el Síndrome del Impostor.

El origen

Pero quiero que entiendas entonces, cuál es el origen real del síndrome del impostor. Y proviene, del tipo de pensamientos y creencias que estás teniendo, frente al objetivo que quieres lograr. Pensamientos, producto de tu propio juicio y de tu percepción o interpretación de las cosas, que no necesariamente, están ajustadas a la realidad.

Muchas veces no entendemos, que cuando nos aferramos al resultado, perdemos la capacidad de mirar la vida como un proceso de aprendizaje, que va por etapas, etapas que incluyen dudas, incertidumbre, miedos, errores y fracasos, que necesitas transitar, atravesar y asumir, para poder incorporarte a la autopista con dirección al éxito.

En distintas ocasiones hemos hablado del miedo al fracaso o al éxito también, en definitiva, todo proviene del miedo, unos con distintos rostros, con diferentes nombres, pero en definitiva miedo.

Mi recorrido

Ahora te compartiré mis estrategias, las que me han funcionado para salir del circulo vicioso de este síndrome.

Pero antes de empezar, quiero aclararte, todos tenemos miedos, los vivimos incluso desde intensidades diferentes, en nuestros proyectos o en nuestra vida, y reiterativamente, muchos de nosotros caemos en ese error fatídico de exigirnos demasiado, o de esperar no sentir nunca miedo.

En mi caso particular, siempre trato de estar atenta cuando caigo en esos niveles de auto exigencia (en mi caso nivel ¡¡¡5000!!), para poder poner las cosas en su justa dimensión, adaptarme mejor a los cambios, logrando cambiar mi perspectiva de las cosas, cambiar mis pensamientos, cuidar mis emociones, para… lograr mejores resultados.

En definitiva se trata, de desarrollar una mejor versión de ti misma, más consciente de tus emociones, de tus miedos, para poder entender el mensaje que quieren transmitirte. «Esa es la maestría de la vida«.

No quiero mentirte no es fácil, y tampoco sucede de la noche a la mañana, es simplemente un proceso de autoconocimiento, es un camino que debes «elegir recorrer».

Muchas veces me he descubierto a mi misma en esa necesidad de crear más y más contenidos, temas, recursos y he incluso llegué a pensar, ¡no es suficiente!, claro que también he pensado y caído en el ¡nunca es suficiente!, entonces te preguntarás pero Ana, ¿cómo hiciste para superarlo?. Y aquí voy a compartirte mis 5 pasos para darle freno a esa voz loca y desenfrenada.

5 Pasos para superar el síndrome del impostor

Reconocer el problema

«Hola, mi nombre es Ana y sufrí (y aún sufro…) del síndrome del impostor» (aplausos).

Sí, precisamente el primer paso es reconocer que tienes un problema, porque realmente lo es, debemos aprender a verlo desde otro ángulo, uno más amoroso y menos crítico, para poder frenarlo.

La solución inicia en el punto en el cual tomamos conciencia, y comienzas a identificar tu comportamiento y sobre todo, tus pensamientos.

Te invito entonces a comenzar un proceso de introspección, de auto-observación. Presta atención hacia dónde estás dirigiendo tus pensamientos, qué palabras te dices y dónde pones el foco de atención en tu día a día.

Nivel de Exigencia

El segundo paso será entonces ver la situación en su justa dimensión.

¿Justa dimensión Ana?, exactamente como lo lees, me refiero entonces a evaluar si el estándar o nivel de exigencia que hoy tienes para contigo, es el adecuado, si estás siendo objetiva con tu nivel de exigencia.

Vamos a mencionar un caso puntual. Supongamos que aperturas tu tienda de ventas de tortas a domicilio, y tienes como meta vender 1.500 tortas por día, lo que implicaría entonces hacer 50 tortas cada día de lunes a domingo, entendiendo que solo cuentas con un horno de hogar. ¿Crees que tu nivel de exigencia es objetivo y acorde a lo que realmente puedes producir hoy, con las herramientas y recursos que tienes hoy?

Claro que puedes pensar como objetivo final la venta de las 1.500 tortas, pero en otro proceso de tu negocio, uno más evolucionado con mayor estructura (mano de obra y herramientas).

¿Qué sucedería entonces si vendieras por día 6 tortas?, en realidad sería un número extraordinario para tu emprendimiento, si estás comenzando, pero te sentirás frustrada, angustiada y por sobre todo fracasada, porque sería un número muy bajo en comparación con tus expectativas.

¿Entiendes ahora la importancia de trazarse expectativas claras y con un nivel de exigencia más adecuado?

Vive el proceso

El tercer paso es entender, que la mayoría de las cosas en nuestras vidas, son en definitiva parte de un proceso, y en este punto quiero invitarte a vivir plenamente «tu proceso». El hecho de que hoy no logres algo, no significa que mañana no sea una nueva oportunidad para conseguirlo.

Cuando toque a tu puerta el miedo o el síndrome del impostor, quiero que te pares un momento a reflexionar y a identificar, si efectivamente, con las capacidades que tienes hoy, en el proceso o etapa en la que estás hoy, ¿cuál debe ser ese estándar o nivel de exigencia?.

Será entonces cuando comiences a entender, que no eres tu, sino tu ego que te está presionando para obtener un resultado determinado.

Muchas veces aspiramos a tener resultados para los cuales no estamos preparados, sencillamente porque nos encontramos en un momento distinto, donde te aseguro que ese resultado no te conviene. Pero esto aprenderás a verlo con el tiempo y con la práctica de estas herramientas.

Quiero aclararte que cuando hablo de etapas, me refiero que vas en camino a conseguir o lograr el resultado esperado, pero, debemos entender cuando NO es el momento, simplemente porque estamos viviendo nuestro proceso. Y eso es lo mejor que puedes vivir hoy en tu vida o en tu negocio.

Reconozco que esto requiere de un nivel de madurez importante, para entender, que aún no es el momento de obtener un resultado determinado, que además anhelas con todas tus fuerzas, cuesta lo sé…Pero la PACIENCIA, es la virtud más grande que debe tener un emprendedor. Y si no la tienes en grandes cantidades, no te preocupes, aprenderás poco a poco, a ser más paciente. «El emprendimiento transforma».

El hecho de que HOY no tengas el resultado que esperas, no significa que has fracasado, solo quiere decir, que estás en camino de conseguir tus metas, sueños y anhelos, pero estoy segura que lo conseguirás. ¡Cree en ti!.

Pero no será hasta el momento que logres entender y disfrutar tu proceso de evolución, para empezar a cambiar tu conversación interior, dejar de lado al ego y evitar ese proceso de auto castigo, donde te permites sentir que eres menos que otros o eres insuficiente.

Después de todo ese recorrido, comenzarás a visualizar y crear un camino más armónico contigo, con tus pensamientos, emociones y acciones, alineadas a eso que quieres lograr. No desde la lucha de forzar los tiempos, las formas, las rutas, de cómo y cuándo llegará ese resultado a tu vida; sino desde fluir con tu crecimiento, conocimiento, capacidad, intuición y ganas de lograr ese sueño, sin entorpecer el camino.

Muchas veces, somos nosotros mismos nuestras propias barreras y bloqueos para lograr lo que anhelamos. Cuando aprendes a quitarte tu misma del medio, lograrás vivir y disfrutar la maestría de la vida, un viaje ligero, sin lucha, sin forzar y sobre todo, con gozo.

Merecimiento

El cuarto paso, es reconocer que MERECES lograr tus sueños, alcanzar tus metas, tener éxito y dinero…¡lo mereces!, te lo has ganado por llegar HOY hasta donde estás.

Si tu no crees en tu proyecto, si no estás convencida de que estás creando cosas increíbles que pueden ayudar a otros, y que es tu DEBER compartirlo con el mundo, es porque en el fondo, no te crees merecedora de tu talento, no reconoces esa magia particular que tienes para compartir.

Sentirte merecedora es vital, para poder avanzar, lograr tus sueños y tus objetivos. Y es que esos objetivos, muchas veces no los establecemos correctamente, y son otras de las causas de caer en el síndrome del impostor. Nuevamente, no tiene nada que ver con tu esencia, con lo que eres o con tus capacidades.

Objetivos acertados

Este quinto paso consiste en revisar tus Objetivos. Y para entender cómo hacerlo correctamente, podemos usar un ejemplo muy frecuente, y es cuando decides lanzar algún producto al mercado, lo detienes porque consideras que no está al nivel de tus expectativas.

Y es esa nuestra primera reacción. Cuando queremos impulsar alguna idea nos saboteamos automáticamente. Tenemos esa sensación de…,no salgo al mercado porque no es lo suficientemente “bueno” para lanzarlo; y es justo en esos momentos cuando debes revisar: ¿por qué no es suficientemente bueno?, quizás tu respuesta sea, porque no esta al nivel de lo que quiero hacer, uhmmm tu estándar, entonces pegúntate, ¿y ese nivel que aspiras es coherente para empezar?, ¿cuál sería un objetivo concreto que quisieras y puedes cumplir en este momento?.

Lo importante es reconocer, que mientras sigas pensando de esa forma, y buscando que sea «tannn perfecto«, habrá otra persona aprovechando el momento de hacerlo, y entonces estarás tomando decisiones tardíamente.

Imaginemos que deseas lanzar una marca de carteras, pero tu presupuesto no es suficiente para lanzarlo con 100% cuero italiano, uno de tus grandes sueños. (Tu primer objetivo o meta, carteras con el mejor cuero).

En esos casos, en vez de quedarte esperando a que puedas llegar al mejor cuero del mercado, replantea tus escenarios, y una alternativa que puedes evaluar es, lánzalo con semi cuero de alta calidad, lo cual está muy bien para los recursos que tienes hoy.

En paralelo, puedes proyectar un plan de crecimiento, donde puedas lanzarte más adelante con el cuero italiano triple A que sueñas. A esto me refiero con revisar tus objetivos, que sean realistas, alcanzables para el momento de comenzar o incluso, a futuro para cualquier etapa de tu proyecto o negocio.

Cuando empezamos siempre tenemos algún referente o marca que nos ha inspirado, pero lo importante, es inspirarse más no compararse con los grandes, porque aún estás en ese proceso de arranque, y muchos de los grandes tuvieron la necesidad de recorrer el camino que hoy tu transitas, y muchos habrán empezado con un material más sencillo, al que tienen hoy después de muchos años en el mercado. ¿Lo ves?.

Entonces, no es necesario tener TODO para comenzar hoy, siempre podrás mejorar tus estándares de manera progresiva, lo cual quiero decirte ESTÁ SÚPER BIEN, vivirás un proceso evolutivo y cumplirás con objetivos concretos, los cuales también evolucionarán.

Recuerda el famoso dicho “mejor hecho que perfecto”; todos vamos evolucionando, creciendo y mejorando, pero necesitamos tomar acción.

HOY puedes empezar con todo con lo que cuentes. Así es más que suficiente, lo estás haciendo desde la mejor versión que hoy eres, con las herramientas y capacidades con las que cuentas hoy.

Cada vez que tengas esa sensación de paralizarte con alguna idea o proyecto, primero reflexiona sobre todo lo que he compartido en estas líneas:

  • Tomar conciencia de tu expectativa.
  • El problema no es la meta, sino el estándar que te estás exigiendo HOY para la etapa donde estás.
  • Cambia tu conversación interior. Puedes elegir unos pensamientos más alineados a tus objetivos y a cómo te quieres sentir.
  • Revisa las etapas que estás proyectando vs objetivos concretos (objetivos smart).

Lo perfectamente imperfecto

Pero antes de terminar, quiero hacerte una invitación a contemplar la belleza en la imperfección de las cosas que hacemos y somos, las cuales tienen su toque único y auténtico. Otro regalillo del Síndrome del Impostor.

Es posible que hoy sientas que tu producto o servicio “no es perfecto” (ninguno lo es…), permítete la imperfección en el resultado producto de tu esfuerzo, habilidades, fortalezas y también, con tus defectos, que en definitiva, son parte también de un producto “único», con tu propio estilo y «perfectamente imperfecto” para tu aquí y tu ahora.

Te invito a tener este pensamiento positivo: hoy este producto/servicio es mi mejor versión, pero mañana habré desarrollado más capacidades, contaré con mejores recursos, estoy segura de que crecerá, mejorará, evolucionará en el tiempo.

He dejado para el final mi mayor aprendizaje…

La verdadera comparación, la que realmente importa, es contigo misma, es saber dónde estabas antes y dónde estás hoy. Es honrarte, es atreverte, es ser valiente a pesar de tener dudas, a pesar de que no está «perfecto», a pesar de que te falten cosas por aprender. Desarrolla tu paciencia, recogerás tus frutos en el mejor momento para ti, que quizás no será ni en la forma ni en el plan que habías trazado, pero será sin duda un mejor plan del que tú habías diseñado.

Y por último no hay ninguna idea que tu mente te haya mostrado, que no seas capaz de llevarla a cabo. Hazle caso a esas ideas locas que lleguen a tus pensamientos y sobre todo sigue tu intuición. El corazón siempre tiene la razón, el tiene las respuestas desde tu genialidad, el sabe qué es lo que te conviene. Nuestro corazón nunca se equivoca.

¡¡Espero que me cuentes a qué te atreviste en esta pandemia!!. Estaré ansiosa esperando tus noticias. Inspírate viendo este testimonio de una gran amiga y colega, que decidió tomar acción después de uno de mis entrenamientos: La historia de Mireia.

Gracias por leerme.

Recuerda puedes seguirme en mi canal de youtube.

Un fuerte abrazo,

Ana María.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *